domingo, 4 de julio de 2010




CON EL ALMA EN OTRA PARTE
Por : Gustavo Colorado Grisales

En un mundo donde no se puede ser algo o alguien así a secas, sin compararlo con otra cosa, el caso del futbolista nacido en argentina Lionel Messi se ha convertido en el símbolo de nuestra imposibilidad para asumir a las personas en lo más esencial de si mismas, sin que nos veamos obligados a considerarlas mejores o peores que sus contemporáneos o sus iguales de otras épocas.
Que si Messi es mejor que Maradona; que si este fue mejor que Pelé; que si Garrincha fue opacado injustamente por el resplandor de su paisano, serán asuntos imposibles de dilucidar, porque cada uno se dio en contextos y momentos diferentes que no admiten la solución de la tabula rasa a la que somos tan proclives cuando nos vemos en dificultades para asumir la singularidad de los seres y las cosas. El caso se parece mucho al de los turistas presuntuosos que le dan la vuelta al mundo en uno de esos paquetes con destino programado, y regresan treinta días después a quejarse porque en sus lugares de origen la vida no es como en los sitios visitados, sin reparar en lo absurdo de su reclamo. Es obvio que su ciudad no puede ser, digamos, como Singapur, por la simple razón de que pertenecen a historias y entornos distintos.
No contentos con exigirle que demuestre ser mejor que su paisano Maradona, de ñapa los hinchas y los periodistas argentinos le enrostran su rendimiento en la selección de su país, que a todas luces no es ni mucho menos parecido al que exhibe en el Barcelona, el club catalán al que llegó cuando todavía era un niño. Los críticos le recuerdan que mientras sus compañeros de selección “dejan los huevos en la cancha”- y la metáfora se torna a veces peligrosamente literal - ese muchacho con cara de duende cuyas cabriolas les han arrancado lágrimas de emoción a los más duros de las barras bravas del Barza, parece diluirse en una suerte de ingravidez sin remedio a medida que pasan los minutos.
Es aquí donde me aventuro a formular una hipótesis, sesgada desde luego por la admiración que profeso hacia el mágico número diez azulgrana : el hombre no rinde lo mismo en la selección, porque no acaba de sentirse argentino del todo . Las razones son muchas. Nunca jugó en la primera división de su país, donde varios equipos lo desecharon por frágil y enfermizo. Viajó a Cataluña desde muy niño en compañía de su familia y allí se nutrió con las enseñanzas de gente como Johan Cruyff, tan ajena a los chovinismos que los latinoamericanos alimentamos para disfrazar nuestras miserias. Para acabar de completar, ni en el peor de sus momentos- que han sido bien escasos, la verdad- ha sido objeto de recriminaciones por parte de los hinchas, los directivos o los compañeros de su equipo, mientras sus compatriotas todo el tiempo le están recordando que no es Maradona, quien además es ahora su director técnico, en una de esas jugarretas del azar que siempre le dan un tinte trágico al destino de los rioplatenses, ya sean cantantes de tango, actrices de segunda línea, presidentes de la república, deportistas o escritores como el siempre añorado Tomás Eloy Martínez.
En este punto , la hipótesis se convierte en herejía: el lugar natural de Messi no está en la selección argentina sino en la española. Estoy seguro que al lado de Xavi,Iniesta, Ramos, Villa y Puyol, su enorme caudal de talento fluiría sin pausas ni prisas, dejándonos disfrutar una vez más de esa manera tan suya de hacer del fútbol una de las formas perennes de la belleza.

6 comentarios:

danielassaf dijo...

El argentino que lea este artículo te persiguira como la inquisición y te quemaran por apóstata. Pero acepto que la teoría podria ser cierta, Messi podria rendir mejor en la Selecion de Espana, aunque también Rodallega o cualquier otro tronco porque en esa selección hya que ser horrible para desentonar.

Natalia dijo...

Un sólo jugador por bueno que sea no hace un equipo

Miguel dijo...

¿Como quieren que Messi juegue bien si Maradona no lo dejó jugar?. Lo trataba como a un niño incapaz, enfermizo que había que proteger de los demás.

Tania Lucía dijo...

Totalmente de acuerdo. Ví a Leo Messi cuando ingresó al Barça y definitivamente su cantera fue netamente española. Otros damnificados por el mal del desarraigo fueron el "Ratón" Ayala y Pablo César Aimar (el famoso "Payasito", pero no le gustaban los apodos), que brillaron en el Valencia, pero en la selección fueron poco menos que estrellas fugaces.

Anónimo dijo...

Bueno.. quizás sea cierto... por lo que en el caso de españa, esta no juega igual porque le falta lo demás( españa es como medio barcelona, le falta la otra mitad, digo, messi) pero desde mi punto de vista, fue porque messi básicamente necesitaba otra posición en la cancha, en donde recibiera los pases de un jugador que pudiera manejar la defensa del equipo contrario, un jugado del estilo pastore o palermo, en el partido ante Alemania...

Nelson Rivera dijo...
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